7/03/2010
Un reciente estudio del profesor Antón Abel Rodríguez Casal pone de manifiesto la destrucción de 16 mámoas de la Costa da Morte que están incluidas en el Inventario Oficial de Yacimientos Arqueológicos de la Xunta de Galicia. La pérdida de este patrimonio se ha debido a la construcción de infraestructuras vinculadas a parques eólicos, aunque la actividad forestal es la principal causa de la destrucción de los yacimientos arqueológicos de la Costa da Morte y que el 19% de los mismos son prácticamente irrecuperables debido a la gran alteración que han sufrido.
Sin embargo, en ese informe, que fue presentado hace unas semanas en unas jornadas que se celebraron en San Sebastián, también se deja claro que son las construcciones viarias, realizadas por las Administraciones Públicas, las que causan los daños más graves, puesto que en todos los casos, las alteraciones que han provocado en los monumentos son consideradas medias o altas.
El balance
En la Costa da Morte, Rodríguez Casal ha estudiado recientemente 304 yacimientos, de los que 193 se encontraban alterados por la actividad forestal, aunque en la mayor parte de ellos, un total de 139, los daños que presentaban eran leves. En 58 de estas mámoas había importantes lesiones causadas por los trabajos en los montes, la apertura de viales y también por actividades extractivas, debido a la retirada de losas o piedras.
En cuatro casos se detectaron excavaciones furtivas y en cinco, los yacimientos están bajo el agua de embalses. Las actividades agrícolas, sin embargo, apenas han causado daños en el patrimonio arqueológico de la Costa da Morte, puesto que únicamente han alterado medianamente seis yacimientos. También se ha registrado un caso en que el daño es prácticamente irreparable.
El profesor Rodríguez Casal recuerda en su trabajo más reciente que Manuel Murguía señalaba en 1865 que «se hace necesario que las autoridades superiores de las cuatro provincias declaren monumentos nacionales tanto las mámoas como los castros y demás monumentos célticos, para salvarlos de su completa ruina, haciendo responsables a los alcaldes de los atentados que contra ellos se cometen diariamente».
Antón Rodríguez añade: «Casi un siglo después de la publicación de esta frase asistimos a un momento de dejadez institucional, debido en gran medida a la política arqueológica auspiciada desde la Xunta de Galicia». Para Rodríguez Casal la política cultural de los años 90 «estuvo más centrada en el mercantilismo que en la investigación y la conservación de unos yacimientos arqueológicos que a lo largo de los años han sufrido continuas labores destructivas y su apariencia original ha variado sustancialmente debido también a diferentes procesos posdeposicionales que los han afectado en gran medida».
El inventario oficial de yacimientos arqueológicos incluye algunas formaciones naturales
Sin embargo, en ese informe, que fue presentado hace unas semanas en unas jornadas que se celebraron en San Sebastián, también se deja claro que son las construcciones viarias, realizadas por las Administraciones Públicas, las que causan los daños más graves, puesto que en todos los casos, las alteraciones que han provocado en los monumentos son consideradas medias o altas.
El balance
En la Costa da Morte, Rodríguez Casal ha estudiado recientemente 304 yacimientos, de los que 193 se encontraban alterados por la actividad forestal, aunque en la mayor parte de ellos, un total de 139, los daños que presentaban eran leves. En 58 de estas mámoas había importantes lesiones causadas por los trabajos en los montes, la apertura de viales y también por actividades extractivas, debido a la retirada de losas o piedras.
En cuatro casos se detectaron excavaciones furtivas y en cinco, los yacimientos están bajo el agua de embalses. Las actividades agrícolas, sin embargo, apenas han causado daños en el patrimonio arqueológico de la Costa da Morte, puesto que únicamente han alterado medianamente seis yacimientos. También se ha registrado un caso en que el daño es prácticamente irreparable.
El profesor Rodríguez Casal recuerda en su trabajo más reciente que Manuel Murguía señalaba en 1865 que «se hace necesario que las autoridades superiores de las cuatro provincias declaren monumentos nacionales tanto las mámoas como los castros y demás monumentos célticos, para salvarlos de su completa ruina, haciendo responsables a los alcaldes de los atentados que contra ellos se cometen diariamente».
Antón Rodríguez añade: «Casi un siglo después de la publicación de esta frase asistimos a un momento de dejadez institucional, debido en gran medida a la política arqueológica auspiciada desde la Xunta de Galicia». Para Rodríguez Casal la política cultural de los años 90 «estuvo más centrada en el mercantilismo que en la investigación y la conservación de unos yacimientos arqueológicos que a lo largo de los años han sufrido continuas labores destructivas y su apariencia original ha variado sustancialmente debido también a diferentes procesos posdeposicionales que los han afectado en gran medida».
El inventario oficial de yacimientos arqueológicos incluye algunas formaciones naturales
En el trabajo de Rodríguez Casal se analizan los monumentos prehistóricos que figuran en el Inventario Oficial de Yacimientos Arqueológicos. Según este documento, en la Costa da Morte hay 413 referencias tumulares y megalíticas registradas.
Un equipo formado por varios especialistas realizó una prospección sobre el terreno y solo encontraron 304 presuntos yacimientos catalogados, por lo que no hallaron o no pudieron estudiar los otros 109.
Además de los 16 monumentos de cuya destrucción hay constancia, el equipo tuvo que dejar sin comprobar la situación de otros 96 emplazamientos debido a la densa vegetación que los cubre.
Un equipo formado por varios especialistas realizó una prospección sobre el terreno y solo encontraron 304 presuntos yacimientos catalogados, por lo que no hallaron o no pudieron estudiar los otros 109.
Además de los 16 monumentos de cuya destrucción hay constancia, el equipo tuvo que dejar sin comprobar la situación de otros 96 emplazamientos debido a la densa vegetación que los cubre.
Amontonamientos
Sin embargo, lo más curioso del caso es que once de los supuestos monumentos catalogados resultaron ser en realidad afloramientos naturales, y dos mámoas «no eran sino el resultado de amontonamientos recientes de tierra». Así, un total de trece registros que aparecen como megalitos o túmulos prehistóricos en la documentación que maneja la Xunta en realidad no son tales.
La realización del estudio de Rodríguez Casal fue financiada por la Consellería de Cultura, pero no hay constancia de que los datos incluidos en el trabajo hayan sido pasados al inventario, y técnicos de la Xunta revisaron poco tiempo después los yacimientos para incluirlos en el Parque del Megalitismo.
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