27/06/2010

Matilde González Méndez: Las carreteras son las obras con un mayor impacto arqueológico

La Opinión de Coruña
27/06/2010
J.A. Otero Ricart

La arqueóloga Matilde González Méndez, doctora en Prehistoria y Arqueología por la Universidad de Santiago, explica que, en esta materia, en Galicia queda mucho por investigar. Afirma que en la comunidad gallega existen 5.000 castros y unos 10.000 yacimientos catalogados, y destaca especialmente los petroglifos, muy específicos de esta zona y "cuyos mensajes grabados son también monumentos que después de 3.000 años siguen desafiando el paso del tiempo y nuestra capacidad para comprender a sus autores". Advierte también sobre el gran impacto arqueológico que tienen las obras de carreteras, porque atraviesan montes "a ciegas"

Doctora en Prehistoria y Arqueología por la Universidad de Santiago, Matilde González Méndez ha participado en diferentes proyectos de impacto arqueológico y de revalorización del patrimonio en Galicia.

¿Qué época de las que ha investigado presenta mayores lagunas en Galicia?
Evidentemente, las más antiguas. Conocemos bastante de la época castreña, entre otros motivos porque parte de sus restos se perciben en el paisaje aun sin excavarlos, y los mismos vecinos de la zona los conocen perfectamente y por lo tanto son los que se han venido estudiando desde más antiguo. No ocurre lo mismo con los vestigios del neolítico o del paleolítico, que no son visibles en el paisaje. En Galicia tenemos 5.000 castros y unos 10.000 yacimientos catalogados, pero queda todavía mucho por estudiar e investigar.

¿Cuáles son las joyas del patrimonio arqueológico gallego?
El megalitismo tiene muchas joyas, como mámoas con pinturas o grabados en su interior; son los primeros monumentos que se hicieron para que se vieran y perduraran en el tiempo. Pero también destacaría los petroglifos, muy específicos de Galicia y cuyos mensajes grabados son también monumentos que después de 3.000 años siguen desafiando el paso del tiempo y nuestra capacidad para comprender a sus autores. También los restos más cotidianos de las personas que hicieron tales monumentos.

¿Y el patrimonio que corre un mayor peligro?
Sin duda, los elementos más antiguos, más desconocidos y que pueden estar sin catalogar. Por ese desconocimiento puede darse el caso de que al construir una carretera o edificar una casa no se vean y desaparezca para siempre una parte de los mismos. Así como los castros se aprecian con facilidad, no ocurre lo mismo con yacimientos más antiguos que correspondían a comunidades más pequeñas cuyas construcciones y restos son más exiguos y menos evidentes.

Apuesta usted por presentar los vestigios como un atractivo turístico. ¿Hay realmente un nuevo tipo de turista vinculado a los hallazgos arqueológicos?
Creo que sí, y mucho más en Galicia, donde no podemos competir con el turismo de sol y playa. Nuestro patrimonio arqueológico tiene un gran potencial turístico. El turismo cultural tiene un buen maridaje con la arqueología y con el medio rural. No todo el medio rural puede y debe ser explotado turísticamente, pero en Europa hay ejemplos de que determinados yacimientos arqueológicos generan una actividad turística que supone un importante complemento económico para la zona. Como ha sucedido también en España con Atapuerca, que ha generado a su alrededor distintos negocios, entre ellos restaurantes y hoteles.

¿Hay en la investigación arqueológica un antes y un después de Atapuerca?
Marca un antes y un después no sólo por la investigación en sí y sus resultados, sino por la repercusión que ha tenido en los medios y el público al saber transmitir la importancia de los hallazgos. Porque uno va a Atapuerca y lo que ve son unos trocitos de piedra o de huesos, nada monumental. Pero se supo hacer ver al público que esos restos, aunque no son monumentales, sí que son fundamentales para conocer el pasado de la humanidad.

¿No se corre el peligro de convertir los restos del pasado en meros "parques temáticos" artificiales?
No soy partidaria de "tematizarlos" en el sentido de convertirlos en simples lugares de diversión, sin generar una experiencia de aproximación al pasado. Por eso creo necesario incidir en la investigación, y a medida que ésta avanza ir incorporando sus resultados a la historia que sobre los yacimientos contamos al público, de forma amena pero rigurosa. No se trata de contar en todos las mismas cuatro ideas básicas, ni de contar directamente los vastos resultados de la investigación; se trata de contar una historia sencilla que transmita cuál es el sentido de ese lugar.

Pertenece usted al comité internacional de HERITY. ¿Cuáles son los objetivos de esa organización?
Se trata de una ONG para la evaluación y certificación de la calidad en la gestión de monumentos abiertos al público, tanto museos como iglesias, bibliotecas? todo tipo de monumentos de acceso público. A veces, las administraciones hacen una importante inversión inicial para contar con un museo, pero después se abandona su mantenimiento y su gestión. Y en el caso de la arqueología, si se excava y se abandona un yacimiento es peor incluso que dejarlo como estaba antes? sería mejor dejarlo para que lo investiguen generaciones futuras. Se trata entonces de evaluar para conocer cómo es esa gestión y ver así qué se puede mejorar.

¿Contribuirá ese nuevo interés social por conocer el pasado a mejorar la conservación de nuestro patrimonio?
Yo creo que sí, porque hace 20 años era impensable poner en un programa electoral propuestas relacionadas con el patrimonio local. Hoy en día ese tipo de propuestas vende bien y todas las administraciones quieren tener en su entorno museos o monumentos que sirvan de reclamo a visitantes. En la época medieval las ciudades competían por tener la catedral más grande, ahora competimos por tener el edificio, patrimonio o museo más atrayente y visitado? Lamentablemente, a veces la preocupación es más el número de visitantes que la calidad de lo que se muestra.

Uno de sus últimos trabajos ha sido la reconstrucción del poblado castreño situado en el monte O Castro, en Vigo.

¿Podría hacer un retrato robot de los primeros pobladores de la ciudad?
Tenemos numerosos datos arqueológicos, pero no tantos como para reconstruir la vida cotidiana entre los siglos II a.C. y III d. C. Sabemos que cultivaban y pescaban, criaban animales domésticos, mantenían contactos con otras zonas del Mediterráneo y con Roma, se preocupaban por su aspecto (como lo muestran broches, adornos, horquillas para el pelo?) y gustaban de estimulantes juegos para el intelecto como lo muestran las fichas de juego; e incluso que era un castro con cierto nivel de refinamiento, pues se han encontrado restos de un cerdo pequeño, de un cochinillo, vamos, y fragmentos de mortero quizás para la preparación de salsas. Comer un animal cuando aún es pequeño, sin esperar a que alcance un mayor tamaño, es una prueba de refinamiento vinculado posiblemente con la fiesta. Además del castro, los hallazgos de villas romanas y de salinas muestran que la zona era un importante centro comercial. El de Vigo era un castro grande, una citania que concentraba el poder político y social sobre un amplio territorio con otros castros.

¿Qué criterios utilizan a la hora de las reconstrucciones? ¿No es preferible a veces dejar las ruinas como están?
Habitualmente se dejan las ruinas y se levantan lo justo para comprender la planta o facilitar la conservación. De inventar, nada. Cuando se reconstruye algo nuevo se hace al margen de las ruinas, como hemos hecho en el castro de Vigo con las casas, levantadas donde antes había una zona asfaltada y que contrastan con los restos originales, muy bajitos. De hecho, en estos restos del castro vigués, salvo contadas excepciones, no se aprecia dónde podían estar las entradas de las casas, que estarían situadas en un nivel más alto que el actual.

¿De cuál de sus trabajos de gestión arqueológica se siente más satisfecha?
El del castro de Vigo ha sido especial, no sólo por el resultado, que en general gusta a la mayoría de la gente, sino porque trabajó un numeroso equipo de profesionales de distintas materias en muy poco tiempo: hicimos en 8 meses un trabajo que se hace en 8 años. La financiación estaba condicionada por los plazos del Plan E y fue todo un reto realizar ese trabajo en tan poco tiempo.

¿Qué tipo de obras tiene un mayor impacto arqueológico en Galicia?
Quizás las carreteras, porque atraviesan zonas de monte con espesa vegetación donde muchas veces es difícil saber lo que nos vamos a encontrar. No tenemos unos rayos X para ver el subsuelo. De todas formas, todas las obras llevan un control arqueológico para evitar destruir ese patrimonio oculto.

Nenhum comentário:

Postar um comentário

Lembre que ao colocar un comentario nesta páxina asume a responsabilidade polo contido das súas opinións.