17/03/2010
A los problemas orográficos y de gestión de las expropiaciones que complican las obras públicas en Galicia más que en otros territorios hay que añadir las dificultades derivadas de la investigación y localización de los yacimientos arqueológicos que salpican autovías y líneas de alta velocidad. Un esclarecedor informe publicado en el último número de la revista del Colegio de Ingenieros de Caminos, Canales y Puertos de Galicia concluye que los mayores problemas surgidos actualmente en las obras «se derivan de la investigación arqueológica», por encima incluso de las dificultades geotécnicas.
El estudio, firmado por Andrés Corral González, jefe de área de la Demarcación de Carreteras de Galicia, alerta sobre las modificaciones de trazado, las alteraciones en los planes de trabajo y la desviación presupuestaria que provocan «las inexactitudes del inventario patrimonial» o los restos arqueológicos que no fueron detectados durante la elaboración del proyecto. «En algunos casos, estas variaciones de trazado se deben a errores en la localización de los yacimientos inventariados, que en buena lógica debieran haberse comprobado e identificado en las distintas fases del estudio», concluye.
En el informe se alerta de que, debido a estos errores, «la ejecución de las obras sufre incontrolables retrasos que resultan imposibles de programar». Este escenario «da origen a reclamaciones de los contratistas debido a las pérdidas de rendimiento, al tener que condicionar su actividad a la liberación de las cautelas establecidas».
Y todo ello a pesar de que en la elaboración de los estudios informativos y los proyectos se cuenta con equipos de arqueólogos «cuya capacitación es acreditada por la Administración», algo que no impide algunas sorpresas en las obras como las que se relatan a continuación.
A-8: Barreiros-Reinante
La autovía del Cantábrico es una de las infraestructuras que más problemas acumula relacionados con los restos arqueológicos. En este tramo, que fue puesto en servicio recientemente con retraso, hubo que modificar el trazado «por un error de coordenadas en el inventario» del castro de Roda. Este hecho afectó a cerca de dos kilómetros del tramo, lo que elevó en más de 1,4 millones de euros el coste (un 7,4% de la obra contratada).
Autovía Verín-Portugal
En este caso también hubo que modificar el trazado «por error en las coordenadas inventariadas en el registro de Patrimonio», y el cambio forzado por el yacimiento afectó a un kilómetro y medio. El plazo se retrasó nueve meses y el aumento de presupuesto estuvo cerca del millón de euros (un 2,3% de la obra contratada).
Otros casos en la A-8
La Administración rechazó la solución para el enlace de Careira y la alternativa proyectada para dos kilómetros de recorrido aumentó el presupuesto en 2,5 millones. También se estableció una cautela (paralización de obra para investigar un resto arqueológico) de 11 meses «por un posible túmulo luego no verificado». Una cautela similar fue decretada para el tramo Touzas-Castromaior, cerca de Vilalba, lo que obligó a paralizar los movimientos de tierras en 360 metros durante 11 meses.
Otras autovías afectadas
Incidencias relacionadas con restos arqueológicos afectaron también a la tercera ronda coruñesa, en el tramo entre la Zapateira y la A-6, donde el inicio de las obras se demoró siete meses. También hubo que cambiar el trazado en el estudio informativo de la autovía San Cibrao-Barreiros, «por la intrusión visual de un viaducto desde un bien catalogado». Otro yacimiento motivó una rescisión del contrato en el vial paralelo al puerto de Mirasol, en Ribadeo. También hubo cambios de trazado en la A-72, en San Estevo, y en la A-54, cerca de Nadela.
Yacimientos en el AVE
Nenhum comentário:
Postar um comentário
Lembre que ao colocar un comentario nesta páxina asume a responsabilidade polo contido das súas opinións.