La Voz de Galicia
9/04/2010
Un petroglifo tiene en vilo a unos vecinos de Noia. Aficionados a practicar el senderismo entre tojos y vistas de postal, llevaban años contemplando una piedra con un grabado que había en el monte San Lois. Tenía un dibujo de una espiral muy bien acabada que, en una ocasión, uno de ellos, Tucho Villares, se acabó llevando retratada en su cámara fotográfica para un álbum que confeccionó. Hasta aquí la historia suena bastante normal. La complicación no llega hasta el día en el que descubren que la pieza ya no está en su lugar. Es entonces cuando empiezan a mover ficha e investigar el asunto.
Un noiés incluyó esta foto, que sacó en el monte San Lois,
en un álbum que hizo sobre restos arqueológicos
en un álbum que hizo sobre restos arqueológicos
Aprovechando los escasos rayos de sol de la última Semana Santa, salieron a hacer un rastreo para ver si encontraban el dichoso grabado. Y se llevaron una sorpresa bastante desagradable. De la piedra no había ni rastro, pero muy cerca de donde antes estaba hallaron varias piedras tiradas, amontonadas. Ellos creen que pueden ser lo que buscaban, y que lo que ocurrió fue que se usó una pala para trabajar en las márgenes de la carretera y que la máquina se llevó por delante la pieza.
Investigación
Decidieron explicarle el caso al portavoz municipal del Bloque, Bieito González, que también acudió a inspeccionar la zona. Acto seguido, se dirigió al Concello para pedir que se abriese una investigación. Así se hizo. Ayer mismo, una técnica acudió al monte San Lois para examinar las piedras. Al parecer, y dado que están boca abajo, no se puede, ni de lejos, verificar que se trate de una losa grabada.
Además, por la tarde, la madeja se enredó un poco más. Algunos expertos en la materia consultados por este periódico señalan que, viendo la fotografía que este vecino tomó de la piedra desaparecida, da la impresión de que el dibujo es demasiado perfecto como para pertenecer al arte rupestre, por lo que podría tratarse de un grabado mucho más actual. Sin embargo, nadie se atrevía a hablar con firmeza, ya que, tal y como explicaban, una piedra así hay que verla al natural para poder opinar.
Y, por si estos cabos sin atar fuesen ya pocos, ayer también se daba a conocer que hace meses hubo un robo de losas en San Lois. De hecho, se localizó a los autores. Está el caso en manos de la Justicia y el Concello se personó como perjudicado. A este paso, y se mire por donde se mire, el emblemático monte noiés parece condenado a quedarse huérfano de piedras.
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